Hace unos días decidí revisar los separadores que tenemos y deshacerme de los que teníamos repetidos, porque al parecer tanto mi esposo como yo acumulamos separadores de Gandhi. Pero entre todos los que tenemos encontré algunos de mis favoritos y decidí compartirlos.
Este es de un hombrecillo y lo que sobresale del libro cuando lo usas son sus zapatos. Me gusta mucho cómo se ve, pero es un poco muy grueso así que no lo uso seguido.
Este está impreso en heces de elefante (o de papel que sacan de ahí), y lo compré en el zoológico de San Diego. Y no, no huele a nada.
Cuando mis amigos hacen arte la quiero usar en todos lados. Sandy es una de mis mejores amigas y me pintó este separador con acuarela de mi color favorito.
Este es de una obra del Museo de Arte Moderno de Toluca. Fui hace unos meses porque inauguraron una nueva exposición permanente llamada “Visiones sobre la feminidad”.
Mis separadores magnéticos. Son los más cómodos a mi parecer porque no se salen de las páginas.
Regalos de amigas. El de la izquierda me lo trajo mi amiga Diana de Valaparaíso, Chile, y el de la derecha me lo regaló mi mejor amiga Maria Rosa porque vi uno que tenía ella y me encantó.
Mis separadores en 3D: un oso polar y Harry Potter viendo su reflejo en el espejo de ERISED.
Y finalmente mis separadores que son más artesanía que separador: de Oaxaca y de Chiapas. Uno de los de Oaxaca también fue regalo de Diana, el otro lo compré yo alguna vez que fui. Los uso muy poco porque son hermosos y me da miedo lastimarlos.
Y una foto de final de todos los que tenemos. Son demasiados, pero me encanta poder escoger.
Eso es todo, no hay mucho que decir. ¡Nos vemos la próxima semana!
