"Haciendo gala de una excelente memoria muscular, los residentes trastabillaron hasta el baúl, sacaron dos escobitas negras y procedieron, sin abrir los ojos una sola vez, a barrer hasta la última gota de luz solar a través de una ínfima ranura en el picaporte. Cuando solo quedó el calor del té tibio (que es notablemente distinto al calor producido por la luz solar), taparon la ranura nuevamente con cera y abrieron los ojos en la oscuridad abrumadora."
Recomendable si estás buscando: una historia corta para cuando quieres recordar tu amor por la literatura, si estás en un reading-slump, si te gustan los cuentos
No recomendable si estás buscando: una trama compleja, si no te gusta adentrarte en la cabeza de los personajes, si no te gustan los libros con referencias literarias
Pocas veces leo un libro sin siquiera leer la contraportada, y mucho menos antes de que otras personas lo hayan leído. Pero esta fue la ocasión, y casi me gustaría no escribir esta entrada del blog, para que ustedes también vayan descubriendo la historia con el pasar de cada página.
'Refugio de la ventisca' es un libro de escasas 181 páginas, que gira alrededor de un grupo de amigos que se reúnen cada Diciembre en una cafetería en Willowtown, Nueva York, a discutir el discurso del ganador del Premio Nobel de Literatura. Ese año el ganador es el ficticio escritor mexicano Martín Siempreviva, quien resulta ser el catalizador ideal para un cambio en la dinámica de la noche. La nieve cae pesadamente afuera de The Aleph mientras dentro se reúnen Vandor, Aira, Violet, Víctor, Théo y Ernesto, permitiéndonos ver a través de sus ojos la escena que transcurre mientras les sirven varias tazas de café.
Durante la primera mitad del libro nos adentramos en la cabeza de cada uno de los personajes mientras se presentan y nos hablan de sus vidas, iniciando con Vandor. Es agradable pasar tiempo en cabezas ajenas, viéndonos obligándonos a aceptar la realidad a través de sus ojos y de evaluar sus percepciones de los otros. Como lector sabemos más sobre cada personaje que lo que este grupo sabe con certeza de la vida y razones de sus acompañantes.
Se puede sentir repetitivo y un poco cansado el leer las presentaciones e impresiones constantes de cada uno de los personajes y, hasta antes del discurso esperado, parecía que la historia sólo cubriría las razones del azar por las que se conocen. Sin embargo, hacemos bien el recordar la razón de su reunión, y es más allá de la idea de querer discutir el resultado de un premio como el Nobel: la literatura los empujó a cada uno de ellos a ese preciso momento. El discurso de Siempreviva los conmueve y Ernesto sugiere que, en el calor del momento, cada uno cuente una historia.
Aquí nos alejamos de las impresiones que tiene cada uno de los otros y de sí mismos, porque es más fácil conocerlos de verdad y a su conexión con la literatura con las narraciones que le regalan al grupo. Para el final se mezcla en cada personaje todo lo que aprendimos de cada uno y el acercamiento que tenemos a través de sus breves cuentos. Esta fue mi parte favorita de este corto libro, no sólo porque disfruto más del cuento en general, pero por el uso de este como recurso literario.
Algunos de los personajes no son tan tridimensionales como otros, y aunque podemos comprenderlos más en esta segunda mitad, no todos llenan el papel que podían haber representado. Sin embargo, funcionan en conjunto para adentrarte en el ambiente, de la mano de algunos personajes improbables que tienen su turno para hablar: personas, lugares y objetos que son espectadores de la misma historia, y que nos ayudan a confirmar que la literatura realmente está en todos lados,
En general, creo que este es un buen libro para retomarle cariño a la lectura cuando se nos ha olvidado, no sólo porque es corto, sino también porque habla de lo que nos une a la literatura y nos puede ayudar a recordar la razón por la cuál nos gusta leer. No sólo son las palabras bonitas, también es el poder conectar con otras personas -vivas y muertas-, con otras circunstancias y perspectivas.
Como extra: La edición física es justo lo que me gusta, el empastado es flexible, no se rompe la espina del libro al abrirlo por la mitad o doblarlo para leer, y se balancea perfecto cuando lo dejas abierto.